Balonmano

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La selección española femenina de balonmano dijo adiós este lunes al Mundial de Dinamarca tras caer con Francia 21-22 en los octavos de final tras encajar una discutible pena máxima cuando el reloj marcaba cero segundos.

 

En todo deporte hay rivales que a determinados equipos siempre se les atragantan. No se sabe muy bien por qué, pero siempre que se juega contra dicho conjunto, tenga una o mejor o peor calidad, nunca se pasa una buena tarde. En el caso de España dicho rival se llama Francia, ya que las españolas han caído en 48 de los 64 encuentros que han disputado en toda su historia contra las galas.

Comenzaron bien el partido las chicas de Jorge Dueñas. Las Guerreras, debido a su carácter competitivo, se suelen crecer en este tipo de partidos a todo o nada y durante todo el primer tiempo llevaron el mando del encuentro. Atrás Silvia Navarro ha estado muy sólida con hasta siete paradas y arriba Macarena Aguilar y Nerea Pena han llevado la responsabilidad ofensiva de tal manera que las Guerreras se han ido al descanso con una renta de tres goles (12-9).

En la segunda mitad el panorama cambió. España comenzó a echar en falta que Marta Mangué o Sandy Barbosa aportaran algún gol y Francia, guiada por una gran Gnosniane Niombla, comenzó a resurgir. De hecho, las francesas llegaron a dar la vuelta al marcador a los 44 minutos (16-17). Para entonces la Guerreras, de manera inconsciente, se habían comenzado a desquiciar un poco con los 'regalos' que les iban dejando la pareja germana de árbitros formada R. Schulze y T. Tönnies y que había tenido en la roja directa a Carmen Martín en el 39 su máxima evidencia.

Conforme se iba acercando el final del partido, Francia comenzaba a sentirse cómoda en el alambre, para ellas una derrota les dejaba sin Preolímpico, mientras que España se ponía nerviosa y no sabía muy bien lo que hacer. Las jugadoras de Jorge Dueñas alargaron, quizás, en demasía sus ataques y luego esas jugadas tampoco se traducían en goles. La prueba de ello es que en los últimos nueve minutos de partido las Guerreras únicamente fueron capaces de hacer un gol, el 21-20 de Nerea Pena cuando restaban cinco minutos para el final.

Quedaba lo peor por llegar. Francia aprovechó los nervios de las españolas, muy alteradas por las rigurosas exclusiones de Patri Elorza y Lara González al final del partido, para primero empatar y luego, con el reloj ya a cero, sacarse de la manga una pena máxima que no fallaron para firmar un 21-22 final que les da el billete para jugar los cuartos de final contra Holanda.

La rabia, más que la pena, inundó a una Guerreras sabedoras que Francia no es superior a ellas y que su techo real en un Mundial no son los octavos de final. Toca ahora esperar a que Noruega logre dar el do de pecho y logre el Mundial, circunstancia que clasificaría a España directamente a Río por la plaza continental del último Europeo.

De no darse esto último, tampoco sería el fin del mundo. Tocaría jugar el Preolímpico en marzo y las Guerreras ya han demostrado que a luchadoras no les gana nadie y que hace falta mucho más de lo visto este lunes para apagar su sueño olímpico. La gloria tendrá que esperar, pero llegará y mejor Río que Herning, ¿no?.