Opinión

Natalia Freire @ladeporteca

Cuando una gimnasta de 28 años convoca a los medios de comunicación se disparan los rumores y comentarios sobre cuál será la noticia que quiere hacer pública. Los primeros en hacer suposiciones son los periodistas por eso la comidilla en las redacciones en la víspera de la comparecencia de Carolina Rodríguez era que iba a anunciar su retirada. Pero no quedó ahí la cosa. Algunos, y no me refiero sólo a los periodistas, comentaron que iba a casarse o que estaba esperando un bebé. Bueno, todo puede ser, pero permitidme que me apunte un tanto: En ningún momento creí que ninguna de estas suposiciones fuera cierta.

Llevo muy poco tiempo siguiendo a Carolina Rodríguez y a las gimnastas de la Rítmica pero quizás por eso no me aventuro a hacer juicios de valor porque no quiero pecar de la osadía del ignorante. En el tiempo que he estado siguiendo a Carolina me he dado cuenta de que atraviesa un momento dulce, casi mágico. De ahí mi escepticismo cuando el día anterior mis compañeros me comentaron que Carolina Rodríguez iba a anunciar una posible retirada. No daba crédito a esa conjetura porque uno se retira, como dice el título del libro de Julio García Mera, “Cuando el Deporte te abandona”. Y ése no era el caso de Carolina. Más bien todo lo contrario. No podía ser cierto que dijera adiós después de ser décima en un Europeo y de estar consiguiendo importantes resultados durante toda la temporada como, por ejemplo, sus cuatro medallas en el Amsterdam Masters.

Fui de las primeras en llegar a la sede del Consejo Superior de Deportes (CSD), lugar donde era la convocatoria. En cuanto vi los paneles de publicidad respiré aliviada. Sabía que mi intuición no me había fallado. En ellos se podía leer:

www.carolinarodriguezrio2016.com

Pues bien, aclarado el malentendido, me dispuse a escuchar a nuestra protagonista con una sonrisa en los labios, igual que ella espera sus notas. Por cierto, siempre mantiene esa preciosa sonrisa aunque la puntuación no sea la merecida.

Con cierta timidez confesó que era el momento en el que más nerviosa se había sentido en toda su carrera porque lo lógico es que la comparecencia fuera para anunciar su marcha. Nunca pensó que a los 28 años seguiría compitiendo. En Enero de 2014 se planteó la retirada pensando en centrarse en su futuro laboral (está estudiando Psicología).

Sin embargo, en su vida apareció Drasanvi, una empresa de complementos alimenticios de alta calidad para deportistas. La empresa es de León, de su tierra. Le ofrecieron ayuda y, lo más importante, claridad en sus propuestas, transparencia. A ellos, a la confianza depositada en ella, debe su participación en los Campeonatos de Europa de Baku (Azerbaiyán) y el estar entre las diez mejores del continente porque esa confianza le devolvió la ilusión por seguir compitiendo y luchando por estar en Río 2016.

Agradeció también al CSD que le permitiera entrenar en casa, en el CEARD de León. Mucho ha llovido desde que entrenaba en una iglesia.

También tuvo unas palabras de agradecimiento para Ruth Fernández, su entrenadora, pieza clave en su carrera desde hace veintiún años.   

Oscar López, Presidente de Drasanvi, tomó la palabra cuando concluyó Carolina. Se mostró orgulloso por contar con ella como imagen de su empresa, algo muy lógico teniendo en cuenta que es una deportista luchadora y ejemplar, pero me llamó especialmente la atención que se emocionara hablando de cómo había sido el proceso de colaboración de su empresa con Carolina. Declaró que en ella habían encontrado un reflejo de lo que querían ofrecer desde Drasanvi, competitividad y honradez, algo que Carolina Rodríguez representa a la perfección.   

Con esta colaboración Carolina Rodríguez obtiene la confianza y el refuerzo necesario para encarar su conquista de Río 2016.

Seguro que juntos lo conseguirán. Ya han demostrado de lo que son capaces. Semanas después de llegar al acuerdo con Drasanvi, Carolina ganó cuatro medallas en el Masters de Amsterdam. Esto prueba que si a los grandes deportistas se les ofrece confianza los éxitos llegan enseguida.

Quedan dos años para Río pero su viaje ya ha comenzado.