Natalia Freire @ladeporteca
Siempre que pienso en los Juegos Olímpicos de Invierno y Snowboard me acuerdo de Kevin Pearce. Es posible que su nombre no os suene pero quizás sí que os suene el nombre de Shaun White. Es el rider más importante del mundo porque ha sido Campeón Olímpico y su fama trasciende al mundo de la nieve por ser un deportista fuera de serie a pesar de su carácter algo peculiar. Digamos que no le gusta perder.
Pues bien, durante la olimpiada previa a los Juegos Olímpicos de 2010 en Vancouver (Canadá) la supremacía mundial de Shaun White se vio amenazada por la irrupción de su amigo Kevin Pearce. Kevin le había superado repetidas veces en las competiciones previas a los Juegos y ya se comentaba que el reinado de White tocaba a su fin.
Kevin vivía en la casa de Shaun y entrenaban juntos pero después de una victoria de Pearce en Japón que le sentó muy mal a White, el pelirrojo cogió un extintor y lo vació en la habitación de su amigo mientras él estaba celebrando su victoria. Luego llamó a su madre y le dijo que cogiera todas las cosas de Kevin y las pusiera en la calle.
Kevin Pearce también empezó a creer que podría doblegar a White en los Juegos de Vancouver y comenzó a entrenar más duro, más en serio.
A finales de diciembre de 2009 junto a algunos de sus amigos y rivales como Danny Davis, Scotty Lago y Luke Mitriani se fueron a Park City, (Utah) para entrenar. El 31 de diciembre amaneció un día espectacular y todos se fueron al pipe de la estación a probar un nuevo truco que llevaban practicando algún tiempo. El Cab Cork Doble que consiste en hacer dos rotaciones laterales en el aire agarrando la tabla y otras dos frontales sobre una pared de siete metros.
Aquel día no salió bien y Kevin cayó sobre su cara sufriendo un traumatismo severo a pesar de llevar casco y todas las medidas de seguridad.
Sus amigos vieron en seguida que el golpe era grave porque Kevin Pearce quedó inconsciente tendido boca abajo sobre la nieve. A partir de ese momento comenzó otra vida para Kevin. Su prioridad era sobrevivir.
Debido a esa costumbre que los seres humanos hemos adquirido en los últimos años que consiste en grabar todo lo que hacemos, existen imágenes de los días y las horas previas al accidente así como el accidente tal cual se produjo y los minutos posteriores al mismo.
La rápida reacción de sus amigos contribuyó a que Kevin salvara su vida.
Pero además de estas impresionantes imágenes también podemos ver la reacción de su familia ante el hecho de que Kevin perdiera la vida. Su esperanza al verlo mejorar y sus dudas cuando Kevin Pearce les dijo que quería volver a hacer Snowboard.
El relato de estos hechos le llamó la atención a la británica Lucy Walker, directora de cine, sobre todo de documentales que cuenta con dos nominaciones a los Oscars por sus documentales Waste Land y The Tsunami and the Cherry Blossom en 2011 y 2012 respectivamente.
Lucy Walker decidió reunir todas las imágenes que existían sobre Kevin, su accidente y su recuperación así como su lucha por volver a practicar Snowboard y rodó el documental The Crash Reel. Este documental abrió el Festival de Sundance, el festival de Cine Independiente más importante del Mundo, en 2013.
Durante 108 minutos podemos ver la vida de Kevin antes y después del accidente. El miedo de su familia a que perdiera su vida. Su lenta recuperación y el descubrimiento de daños irreparables. Su fuerza para superarlos y mejorar cada día su estado físico de forma casi milagrosa. El especial apoyo de su hermano pequeño que padece Síndrome de Down y, sobre todo, su insistencia en volver a practicar Snowboard a pesar de gravísima lesión cerebral.
En los testimonios de sus familiares y amigos a los que llama Frends, -término que ya se ha convertido en una seña de identidad para este grupo de riders que vive con la misma pasión el Snowboard y la amistad- y en la puesta en marcha de una Fundación llamada Love Your Brain encontramos las respuestas para los que se preguntan por qué unos jóvenes con toda la vida por delante se empeñan en volar haciendo acrobacias sobre la nieve con una tabla en sus pies.
Viendo The Crash Reel comprendemos que, como dice Kevin Pearce, un problema puede ser la oportunidad de dar lo mejor de ti.
Editado por:
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