Opinión

Foto: ACB Media

Raúl Fuentes (Radio Marca) @RaulMarca

Sergi Llull, MVP de la Copa en 2012, anotó el lanzamiento definitivo para darle al Real Madrid un título que ha ido cocinando a lo largo de esta temporada. La Copa del Rey, la joya de la corona de la ACB, es ese momento de la temporada donde todos quieren llegar al 100% para dar el salto definitivo.

El Madrid, favorito indiscutible en todas las apuestas en la previa del torneo, conquistó su 24ª Copa en una edición cuya final pasará a la historia. Los de PabloLaso, invictos en el territorio estatal, conquistaron su segunda alegría de la temporada contra un Barça que, lejos de ir de víctima, demostró – por enésima vez – el ya famoso ‘gen competitivo’ made in Pascual.

Los azulgrana, que con el paso de las horas se darán cuenta que no están tan lejos de su máximo rival como todos pensábamos, realizaron un gran torneo a pesar de irse de vacío. Triunfo muy cómodo contra Iberostar Tenerife, victoria con mucha solvencia ante la alternativa de la campaña 2013/2014 (Valencia Basket) y demostrando en la gran final que ya están preparados para competir a todos los niveles.

El 15/27 en tiros libres pesa mucho más que la ayuda defensiva de Papanikolau que permitió a Llull quedarse sólo en la esquina. Aún así, los de Pascual siguen estando por debajo de un Madrid que se nota y siente poderoso. Nikola Mirotic – MVP – sigue conquistando premios antes de cruzar el charco, Sergio Rodríguez – magia dentro de la pista – demuestra partido tras partido que es uno de los mejores jugadores del viejo continente y Rudy Fernández – el gran referente – continua ayudándose de su poderoso físico para ser esa pieza indispensable para todo entrenador.

Estos cuatro días, además, han dejado constancia de varios aspectos que se han ido intuyendo a lo largo de estos últimos meses: el Valencia Basket se confirma como alternativa al mismo tiempo que Laboral Kutxa se topa con otra realidad a la que ha vivido estas últimas campañas. Unicaja Málaga – anfitrión – tiene que seguir demostrando que puede competir en un gran evento. Y CAI Zaragoza – trabajando en silencio y en la sombra – se marcha con la satisfacción de ser un equipo serio y trabajado.

La Copa ya es historia. La  Liga y la Euroliga esperan dueño a las puertas de un verano con un Mundial en casa.