Baloncesto

FOTO:FEB.ES

La selección española femenina de baloncesto se metió en los cuartos de final del Preolímpico de Nantes, Francia, como líder de grupo tras imponerse a Venezuela 83-55 en un partido en el que tuvieron mucho protagonismo las jugadoras menos habituales en el conjunto de Lucas Mondelo.

 

Tras haber arrollado este martes a China, el rival más fuerte del grupo en teoría, todo hacía indicar que el obtener el pase a los cuartos de final para España no iba a ser más que un mero trámite. Así fue, ya que Venezuela únicamente fue capaz de aguantar el pulso a las españolas cinco minutos (7-7). Una vez pasado ese tiempo, las chicas de Mondelo despegaron en el marcador con un parcial de 10-0 (17-7) con el que cerraron el primer periodo.

España comenzó a asentar su triunfo en una sólida defensa con la que comenzó a abrir brecha en el electrónico pese a que las españolas no pusieran toda la carne en el asador. Sin embargo, eso fue suficiente para irse al descanso con una ventaja de 19 puntos (41-22) y la sensación de que al partido ya le quedaba poca historia.

Consciente de ello, Mondelo dio durante todo el encuentro minutos a jugadoras menos habituales para así dosificar esfuerzos y que todo el plantel tuviera un rol protagonista durante algún momento de este Preolímpico. De ellas, la que mejor aprovechó la oportunidad fue Leonor Rodríguez, que firmó un encuentro sobresaliente tras anotar 24 puntos y lograr una efectividad del 100% en tiros de campo.

Quien no jugó ni un minuto fue Anna Cruz, que descansó al sufrir una sobrecarga en el pie izquierdo. Su ausencia no la notó este miércoles el equipo para imponerse de manera clara a Venezuela por 83-55 en un encuentro que vuelve a dejar claro que este equipo no se relaja y va como una apisonadora a lograr su billete a los Juegos.

Río está ya únicamente a 40 minutos, concretamente los del partido de cuartos de final del próximo viernes contra Corea del Sur. Las chicas de Mondelo ya atisban los Juegos, Brasil está más cerca debido a que España no ha hecho escala en Nantes para irse con las manos vacías.