Perdimos, pero claramente no lo merecimos. Así, con esta frase tan tópica podriamos resumir lo sucedido en la final del Campeonato del Mundo Sub-17 femenino.
La Selección Española estuvo a punto de hacerse con el cetro universal. Pese a tutear en todo momento al rival, Estados Unidos, de nuevo las americanas, nos privaban de la medalla de Oro (77-75).
Además del enorme papel de todo el grupo capitaneado por Víctor Lapeña, esta semana en la República Checa ha confirmado el nacimiento de una estrellla, Ángela Salvadores. Nada más y nada menos que cuarenta puntos anotaba la asturiana en este último partido. Declarada mejor jugadora del torneo, afirmaba que sin duda, el trofeo individual lo cambiaría sin pensar por la haberse colgado una presea de color dorado.
Las norteamericanas habían llegado a la final tras vencer por más de cuarenta puntos todos sus encuentros. Ante un equipo tan grande y fuerte físicamente, el factor para poder pelear por la victoria tenía que ser la sorpresa. Así, Iris Junio salía desde el principio y no falló en su cometido. Su actuación fue fundamental para concluir el primer cuarto con España solo un punto por detrás (17-16).
El segundo período siguió por los mismos derroteros. A veces por delante en el marcador y a veces por detrás, pasaban los minutos sin que ninguno de los dos conjuntos se descolgara del encuentro. Las americanas, tras solicitar un tiempo muerto, comenzaron a forzar balones sobre su pintura, a la cual no conseguiamos parar en ningún momento. Eso fue el factor clave para que al descanso las yankees pudieran irse a vestuarios por delante (36-31).
En la reanudación, florecía el talento de las estadounidenses para escaparse en el electrónico. Lapeña paraba el choque para recomponer filas. España volvía a tener tensión defensiva, y Maite Cazorla junto a Ángela Salvadores, metían a las nuestras en el encuentro nuevamente. Habían pasado treinta minutos y el duelo estaba en un suspiro (58-56).
El último cuarto transcurría por los mismos derroteros hasta llegar al postrero minuto final. Las americanas llegaban con cuatros puntos arriba en el marcador. Víctor Lapeña ordenaba una jugada para que Maite Cazorla lanzara de tres puntos. La canaria anotaba pero los árbitros pitaban una falta en ataque que nos alejaba del Oro. Dos tiros libres a falta de siete segundos hacían esfumarse el sueño de un equipo de enorme futuro (77-75).
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