Carlora Martí @lotorapid
"Pienso, pienso mucho”. Y con muchas de sus respuestas percibes hasta que punto la mentalidad marca la diferencia entre los campeones y los que se quedan en el camino. “Si no te das cuenta de lo importante que es la cabeza puedes ser muy bueno entrenando y no conseguir nunca nada en competición. Te lo tienes que creer porque sino, no llegas a ninguna parte”. Vive en Rubí, le gusta no hacerlo ya en el CAR. Se siente más independiente y cuando acaba de entrenar desconecta, no siente la piscina detrás de su habitación. Sus uñas azules la acompañan en las competiciones. Las medallas, de momento, no las tiene colgadas en ningún sitio especial, cuando su casa sea más suya ya lo hará. Sueña, entre otras cosas, con una moto y con ser madre cuando deje de pasar tantas horas en la piscina y, desde que se lo dijo una tía suya, los días en los que se siente un poco más triste, la chica de la eterna sonrisa, se arregla para ayudarse a reír.
Es una referencia para los que suben. Melani Costa fue plata en el Mundial de Barcelona 2013 en 400m libres y Campeona del Mundo en Estambul 2012 en piscina corta en la misma prueba. En el Open de Marsella de hace apenas una semana consiguió una plata en los 200m espalda y un bronce en los 200m libres, además de dos cuartos puestos en los 400 y los 800m libres. ¿Sus próximos retos? El Campeonato de España Open de Palma a primeros de Abril (10-13), pasando antes por el Trofeo Internacional Ciudad de Zaragoza (14-16 de marzo) y, el más importante del año, el Europeo de Berlín del 13 al 24 de agosto. “Yo me sigo divirtiendo, sino no seguiría haciendo esto”.
Meetings como el de Marsella sirven para tener más visibilidad si se obtiene un buen resultado pero ¿qué otro tipo de objetivos quieres conseguir en pruebas de este tipo?
Es muy bueno que en este tipo de competiciones ganemos medallas y se nos vuelva a ver. Y, también, me sirve para ver, en este momento de la temporada, cómo voy, qué tiempo estoy haciendo y compararlo con la anterior. Es como un test.
En Marsella participaste en siete pruebas ¿Ayuda a desconectar o a estar mejor en tus pruebas más fuertes?
Sí. En las competiciones internacionales importantes no podemos participar en pruebas tan diferentes. Pero en este tipo de competiciones lo que haces es ampliar tu abanico porque si mejoro mi velocidad en el 50, me ayudará a empezar más rápido el 400 o el 200. Si consigo mejorar en mi distancia más larga también me permitirá aguantarlo mejor. Tenemos que jugar con los extremos para que, en las mías, que son las de en medio, poder mejorar. Y sin forzar siempre en las mismas pruebas porque al final la cabeza se colapsa bastante de repetir muchas veces la misma prueba. Hay un momento en el que ya no sabes qué hacer, qué mejorar. Entonces, lo mejor, es salir un poco para ver cómo puedes hacerlo.
Se participa, por eso, pensando en mejorar de cara a la competición “objetivo” del año.
En este caso es el Europeo de Berlín. El mundial de Doha ya pertenece a la siguiente temporada. Entre uno y otro también participaré en alguna Copa del Mundo pero no en el circuito entero porque lo que hice a finales de 2013 fue demasiado duro . Era una cosa para hacer, porque quería cumplir mi sueño que era completar el circuito entero, pero repetirlo de nuevo es difícil.
Y empezaste con la Copa del Mundo justo después del Mundial ¡Casi no tuviste tiempo de disfrutar lo que habías conseguido!
Da igual, en ese momento, valía más la pena aprovechar mi estado de ánimo y de fuerzas.
¿Hubo un cambio en ti después del mundial?
Sí. No es lo mismo pensar que puedes hacerlo que haberte demostrado a ti misma que has podido hacerlo. Es muy diferente, pero ahora es más difícil que antes.
¿En qué sentido?
Antes decías “voy a por ello” y ahora eso se ha transformado en un “no tengo que perderlo”. Es más difícil seguir y estar al día, estar mentalizada que ahora vales esto. Además, la gente lo sabe y va intentar quitártelo. Es muy distinto y creo que antes era más positivo pero, bueno, es diferente y hay que luchar por aguantar. Y en los 200 libres en Barcelona, por ejemplo, fui quinta así que me seguirán “viendo” igual. Será difícil pero a mi me encanta. Quiero mejorar y por eso sigo entrenando.
¿Tienes mucho margen de mejora?
En el 2013 pasé de no tener nada de fuerza a tener algo. Ahora, necesito tenerla de verdad. Es todavía un proyecto y vamos poco a poco. Y me he quedado con los pesos, las repeticiones, las velocidades y las series que podía subir. Y estoy contenta porque me estoy acercando al nivel que tuve en julio de 2013 de pesos. ¿Qué significa? Que si ya estoy más o menos ahí puedo llegar a mucho más.
¿…. Y en julio de este año, crees que estarás el doble de mejor que en julio de 2013?
Eso espero pero es difícil. Tienes un plan pero tienes que jugar con lo que te toca o lo que pueda venir.
¿Cómo son las concentraciones que hacéis en altura, en Font Romeu?
Entrenamos con menos oxígeno y nos ayudan a ganar nivel. Al tener menos oxígeno el cuerpo reacciona, se generan más glóbulos rojos y de forma natural, al bajar, tienes más capacidad aeróbica. Me suele costar mucho al principio porque mi cuerpo se acostumbra muy lentamente a esos cambios pero una vez que cojo carrerilla ya voy mejor y, por ejemplo, la que hicimos a mitad de febrero me ayudó a coger ritmos que hacía tiempo que no había conseguido tener.
¿Son los entrenamientos más exigentes?
Son muy duros. Al tener menos oxígeno tu cuerpo se recupera peor, más despacio, y de un entreno a otro notas el cansancio del anterior. Es difícil, también, porque tienes la cabeza metida en el agua y sólo tienes tiempo para respirar durante la brazada. Piensa que es como si te estuvieran dando la mitad del aire que necesitas; en ese tiempo que dura la brazada coges menos oxígeno porque hay menos, pero tienes que seguir al mismo nivel de siempre y tu cuerpo tiene que acostumbrarse a eso. Cuando volvemos al CAR, también me vuelvo a recuperar mal (ríe). Me cuesta que mi cuerpo vuelva a acostumbre pero a los dos, tres días ya noto la diferencia y me es más fácil nadar. Es como si de repente te dieran demasiado oxígeno y tuvieras la capacidad de ir más rápido.
¿Uno se acostumbra al dolor?
Aguantamos muchísimo dolor. Nuestro umbral del dolor es ridículo. Cualquier persona que sufriera nuestro dolor no podría soportarlo porque nosotros ya hemos conseguido desconectar la cabeza de ese dolor. Por ejemplo, cuando se me salió el tobillo me prescribieron dos semanas de reposo, como a cualquier otra persona. También tenía un desgarro, una distensión, muchas cosas… Pero a los cuatro días ya estaba compitiendo. Una persona normal no podría ni caminar pero nosotros nos hemos acostumbrado. Sabemos que en el momento de la competición ganará el más fuerte. Y no sólo el más fuerte porque haya entrenado más sino, también, el más fuerte porque vaya a saber sufrir más. Pero no te acostumbras, el dolor lo tienes igual pero aprendes a digerirlo mejor y a seguir. Muchas veces tenemos contracturas, sobrecargas increíbles y podemos continuar porque sabemos que hemos estado muchísimo peor.
Cuando empiezas a nadar, el deporte tiene mucha parte de diversión. Ahora con tanta tensión que sufrís en las competiciones y la exigencia que os ponéis a vosotros mismos ¿es difícil que siga habiendo esa parte de diversión?
Es diferente. Evidentemente, entrenar a estos niveles no le gusta a nadie. Es la parte mala y lo único que piensas es que quieres mejorar y conseguir tu objetivo. Tienes que tener muy claro ese objetivo para poder aguantar. Si lo pierdes de vista es imposible que aguantes el ritmo de entrenamiento. Pero una vez que lo tienes claro, hay competiciones que te divierten muchísimo porque son fáciles o tienen premio; hay otras que las tienes que hacer con carga máxima, fatal, sin velocidad ni nada, y tienes que dar el máximo y dar la cara y eso no es divertido. Y luego están las competiciones “objetivo”. Las reales. Son divertidas si van bien. Yo, el día de la plata en Barcelona soy la persona más feliz del mundo. Cuando eres pequeño es diferente porque con estar con tus amigos y saber que en un par de días vas a competir… ¡eso ya es lo máximo! Pero yo me sigo divirtiendo, sino no seguiría haciendo esto.
¿La mentalidad marca la diferencia entre un campeón y el resto?
La diferencia está en saber lo que quieres y en atreverte a pensar que puedes –que es de lo más difícil-. Yo tuve que esforzarme mucho para pensar que podía ganar una medalla en Barcelona. Pero la quería tanto que me lo tuve que creer, aún sabiendo que estaba muy lejos de hacer esa marca. Y sí, claro, tengo muchos compañeros que entrenando quizás se acercan mucho a mi nivel y compitiendo no tienen nada que ver porque no se imaginan ni si quiera lo que podrían hacer o tienen miedo de pensarlo. La mentalidad lo hace todo. Si no eres consciente de lo importante que es la cabeza, la mente, puedes ser muy bueno entrenando y no conseguir nada en competición.
¿Tú quieres ser la mejor?
Claro. Sí, es así. Te lo tienes que creer porque sino, no llegas a ninguna parte. Sino, siempre verás a tus rivales mejores que tu. Es lo que me pasaba antes. Siempre creía que las demás eran mejores que yo y cuando me tiraba ya había perdido porque le había dado la ventaja a mi rival de hacerse grande ¿Cómo iba a competir contra ello? Tienes que creértelo y tener mucha fuerza mental porque, si no, necesitas mucha suerte para volar en el agua.
Cuando ganas en Barcelona te das cuenta que ha valido la pena pero todos los que se quedan en el camino ¿cómo crees que se sienten?
Gracias a Dios no lo he vivido, he tenido la suerte de vivir la otra parte. Pero lo veo en sus caras. A mucha gente le prometen que si entrena de determinada manera será increíble y no han llegado. O ellos mismos lo creen porque todo el mundo quiere ser un gran deportista. Debe ser durísimo. De hecho no aguantan tantos años. Tengo 24 años y, ahora mismo, en el equipo del CAR, soy la segunda mayor. Muchos deciden estudiar a tiempo completo, trabajar; cualquier cosa que no sea sufrir esto porque es que al final, aunque llegues… ¡te lesionas tanto! Tienes que estar tan pendiente de la alimentación, de la cabeza, del descanso… que, o te vale la pena, o déjalo. También te digo, yo lo he conseguido con 24 años, tampoco es que haya estado toda mi vida ganando medallas en mundiales. En mis primeros juegos con 18-19 años quedé la décimo octava. En Londres, novena. Son buenos resultados pero tampoco como para decir “soy una campeona”. Hasta el año pasado.
¿Pensaste en algún momento en dejarlo?
Tienes días porque entrenamos muchas horas, ocho o nueve al día... Estamos reventados, pero tienes que seguir. Tienes que ir al físio para recuperarte. Tienes que tomar más pastillas que nadie porque te faltan vitaminas o proteínas. Tienes que tenerlo muy claro y tener un apoyo detrás muy grande de tu familia. Y, el entrenador, si es un buen entrenador, sabe ver por técnica, por resistencia, por flotabilidad y por varios factores más quién puede y quién no puede llegar.
¿Es un deporte solitario?
Sí y no. Es solitario porque cada uno tiene su objetivo. A lo mejor, yo tengo que hacer cosas diferentes a los demás, tengo que esforzarme más en ciertos aspectos que quizás para otros resultan más fáciles. Pero en los entrenos nos apoyamos todos. El que esté más fuerte será el cabecilla del día y los demás intentaremos engancharnos y viceversa. La verdad es que sola no me siento.
Cuando estás entrenado, llegas a hacer 15km al día ¿Piensas en algo mientras haces las piscinas?
¡Pues tienes que pensar en tantas cosas! En tus problemas, en lo que tienes que hacer al acabar… y, sobre todo, cantas ¡cantas mucho! Pero lo malo es que siempre cantas un trocito de la misma canción porque te quedas con el ritmo de ese trocito y lo vas repitiendo. Pero muchas veces como tenemos que corregir técnica y hacer las series en un tiempo concreto, tenemos que estar pendientes de eso y no distraernos. Si las tienes que hacer en 1:15 y te despistas y las haces en 1:16 no sirve.
¿Ha cambiado mucho tu vida de unos meses atrás hasta ahora?
Al principio sí. La gente se acordaba mucho de mí pero poco a poco se produce un bajón y ahora mi vida es normal. Ya no pienso en lo que he conseguido, estoy buscando el siguiente reto. Me he quedado con uno o dos sponsors que me están apoyando bastante y eso es lo más importante, que estén conmigo ayudándome –Speedo, Adidas, Goal Nutrition, Callaghan-. La prensa se olvida rápido, pero es normal, somos muchos deportistas, muchos deportes y somos minoritarios y, aquí, se lo lleva todo uno. Lo que tienes que hacer es buscar tu sitio en cada competición e ir rascando lo que puedas.
¿Cómo llevas la notoriedad?
En Barcelona no creas que me paran mucho. En Mallorca ya me reconocen más. Allí sí que lo noto. El estar en un bar y que la gente se gire, que me pidan fotos. Eso es bonito. Pero, por lo demás, mi vida es normal y, de hecho, casi lo prefiero porque cuando veo por la tele otros que son muy famosos y no pueden casi ni vivir… te lo piensas y dices “ya estoy bien donde estoy”.
¡Pero tienes incluso un club de fans!
Me cuidan un montón. Eso si que es de agradecer porque, te vaya bien o te vaya mal, siempre están ahí, conmigo, e incluso me envían regalos cuando saben que estoy peor. Son un apoyo increíble. Y cuando te dicen que lo que les gusta de ti es tu filosofía, tu forma de enseñar a la gente los valores del deporte, los valores del sacrificio... Piensas “ostras, no sabía que podía aportar tanto” y, evidentemente, me gusta que vean eso en mí.
Leía en la web de tu club de fans que la primera competición que ganaste fue una de 50m que nadaste en 42,2 segundos a los ocho años. ¿Lo recuerdas? ¿Cómo se enteraron ellos?
Tengo una madre que es mi fan número uno, que lo guarda todo. Cuando me hacen preguntas de este tipo les digo que se lo pregunten a mi madre y ella les saca todo el listado. Creo que alucinan. Es súper bonito, yo a veces lo utilizo… miro que han hecho los infantiles de este año y lo comparo con lo que hacía yo a esa edad. Así también sé quién va subiendo; me divierte, es como un pasatiempo. Pero de esa época sólo recuerdo que, como cualquier niño pequeño, era un paquete y lo único que hacía era avanzar por fuerza, ni por técnica ni por nada.
¿Qué objetivo te marcas para el Europeo de Berlín?
Para que no se colapse tu cabeza lo mejor es pensar en mejorar tú, tus marcas, tus tiempos y, a partir de ahí, ver si eso mejora tu posición. Si no, si piensas en posiciones es imposible. No sabes lo que están haciendo tus contrincantes. Puedes tener un sueño. Yo lo que quiero en el Europeo es ganar una medalla sí, muy bien, pero no voy a competir sola y tampoco puedo controlar a las contrincantes. Lo que tengo que hacer es seguir entrenando y mejorando e incluso cambiar cosas para que no se acostumbren tanto a mis pruebas porque si siempre las planteas igual les estás diciendo donde pueden ganarte. Eso es lo que te ayuda a seguir, tener la esperanza de mejorar tú y de mejorar tu marca.
¿Y cómo fue la experiencia de participar en el Duel in The Pool como parte del equipo europeo?
Me encantó. Eso sí que fue una competición para ir a divertirse porque luchábamos en equipo, no era nada individual. Tenías que conseguir puntos. Además, fue el año que más cerca estuvimos de Estados Unidos ¡Se vivió una tensión! En el último relevo, los que no estábamos nadando, nos tirábamos casi al agua para estirarles. Pero fue una competición increíble. Fuera del agua estábamos todos en el mismo hotel y la última noche fuimos a celebrarlo todos juntos. E incluso, a nivel de resultados, me fue mejor que el Europeo de corta. En el Europeo de Dinamarca sabía que no estaba al cien por cien por culpa del tobillo y lo pasé muy mal. Fue muy duro. Las demás estaban a tope y yo sabía directamente que no. Y, en esas circunstancias, es difícil competir a tu máximo nivel. En cambio, en el Duel in The Pool, como luchaba por un objetivo colectivo y no individual, fue más fácil competir.
Fuisteis Mireia Belmonte y tú como representación española. Sois las dos estrellas de la natación española ¿Cómo vives esa experiencia?
Es increíble formar parte de esta generación y si puedo ayudar en algo, lo haré. Lo que quiero es que haya más gente, y más chicos, porque cuantos más seamos más fuertes nos haremos y más interés generaremos. Que no sea sólo una, sino dos, ya es muy positivo. Si una no está bien en una competición, está la otra.
Decía, no hace mucho tiempo, José Antonio del Castillo “Casti”, director de alto rendimiento de Natación de la RFEN que querían que la natación fuera el mejor deporte no profesional ¿Lo ves factible?
Sí, yo creo que nos estamos acercando bastante. Y, además, en cierto modo, somos una referencia y las demás están viendo que es posible, que España es un país pequeño para la natación pero que aun así lo valemos. Cambiar el chip va a ayudar a que seamos más. Creo que los que suben ahora al equipo absoluto llegan con mejor nivel que antes y que, mentalmente, el tener una referencia les ayuda a llegar más alto ¿Antes qué pasaba? Decías “ya pero es que somos españoles ¿Qué vamos a hacer?” Ahora se ha transformado en un: “Sí, somos españoles pero si ellas han llegado nosotros también podemos”.
Después de quedarte a las puertas de dos finales en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, no llegar a una final en Rio ¿Sería una decepción?
Supongo que si en Rio no me metiera en una final estaría uno o dos años dándole vueltas pero, al final, con el paso del tiempo, sólo te acuerdas de lo bueno. Si no llegara nada más, me acordaría del mundial de Barcelona, de Estambul 2012, de todo lo positivo y seguiría con mi vida.
Bueno, quizás, los de Río no serán tus últimos Juegos…
¡Uf! Los siguientes ni me los planteo. Algún día quiero ser mamá, tener vida, no puedo entrenar 8 o 9 horas diarias siempre. Y tengo la suerte de tener muchos amigos que no pertenecen al mundo de la natación, de tener bastantes cosas fuera, y esto creo que me ayudará bastante en el momento de dejarlo. Costar, me costará, pero creo que lo superaré mejor.
¿Te da miedo pensar en el momento de la retirada?
¡No, miedo, no! ¡Ahora ni lo pienso! Tengo miedo cuando me lesiono por si no me recupero, por si no vuelvo a ser la de antes, pero una vez sales del bache, ya está, te olvidas.
Al mundial de Barcelona llegaste sin Beca y te fuiste con una medalla de plata ¿Cómo te sentiste?
Cuando no la tenía me daba mucha rabia. Por un puesto pasas de tenerlo todo a no tener nada. Luego, cuando lo piensas detenidamente – porque yo pienso mucho- acabas diciendo “si son las reglas así… ¿Con quién me voy a enfadar?”. En algún sitio tienen que poner el corte ¿sabes?¿Que hubiera preferido más apoyo? Evidentemente que sí. Bastante más, porque, al final, se olvidan de ti. Y no sólo económicamente sino también anímica y emocionalmente y dejan de apoyarte y preguntarte simplemente qué tal estas o cómo te va. Pero yo sabía lo que quería. Tuve que decidir, a ver, ¿pienso en mi futuro y en cuando acabe qué haré sin dinero; o pienso en que quiero conseguir lo máximo? Me compensaba más competir e intentar llegar a ser lo que yo quería ser. Eso sí, cuando lo consigues, lo ves de otro color y piensas, hombre, ahora por fin tendré lo que me merezco.
Y pasa en todos los deportes.
Sí, en todos. De hecho, cuando me quedé sin nada, fue como si me hubieran despedido y me hubiera convertido en una “becaria” o algo así. Entrenando aquí, intentando conseguir algo para la federación pero sin nada. Pero, al final, la ilusión lo supera todo y, además, ahí está tu familia que te pregunta: “¿Qué es lo que quieres? Si no quieres seguir, déjalo ¿O quieres hacerlo y si al final lo consigues acabará compensándote lo que estás pasando ahora?” Al final todo se reduce a pensar.
CONTRA EL CRONO
Una piscina. La del CAR. Al ser nueva, estoy súper feliz de haber llegado justo cuando la inauguraron.
Un nadador o nadadora. Ryan Lochte y Camille Muffat
¿Fuera o dentro del agua? Fuera, se está bien seca.
¿Qué pez serías? Un pez payaso para que fuera siempre divertido.
Un estilo de natación. Pues te voy a decir la espalda porque en el crol estoy tan metida que ahora estoy empezando con la espalda para poder tener algo nuevo en la cabeza.
Un deporte. ¡La natación!
Un primer recuerdo. Cambiarme de color en los cursillos porque no me gustaba el amarillo. (¿Las uñas nunca te las pintarás de amarillo, entonces? ¡No, las uñas nunca!).
Una canción. Survival de Muse.
Una película. Soy muy mala para esto eh. Voy a decir la que la dice todo el mundo, “El diario de Noa”, es tan bonita. (¡Es triste!) ¡No, no es triste! Lloras porque es bonito, mueren de mayores pero juntos, es amor eterno. Cuando se acuerda de él lo vuelve a querer tanto…
Un superhéroe. Catwoman
Un juego. Party and Co. Jugamos bastante cuando estamos de concentración
Una comida. Arroz a la cubana.
Un libro. Inteligencia emocional
Una virtud. Tenacidad
Un defecto. Cabezonería
Un sueño. Una final olímpica.
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