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Nadie le va a negar ni un ápice del valor que tiene el haber llegado una vez más hasta los cuartos de final de un Grand Slam. Sobre todo teniendo en cuenta su vocación tardía de jugador de tenis a la altura de los mejores. Roberto Bautista ha desplegado un juego eficaz, alejado de los estándares del jugador de tierra hispano, con unos resultados que hablan por sí solos. Ni un solo grama de mérito se le puede quitar, máxime si te elimina el siempre eterno sir Roger Federer.
A medida que han pasado los años, la manera de desenvolverse sobre una pista se ha modificado ligeramente en el suizo. Su inigualable técnica sigue tan plástica, transmitiendo la impresión de que Federer nunca sudó sobre una pista de tenis, que es la bola la que busca el rebufo de su raqueta. Como la realidad no debe de ser así, el suizo busca acortar algo los peloteos desde el fondo, ser más agresivo con subidas a la red, atacar la bola con antelación a como solía hacerlo. Eso le permite no castigarse tanto y, a tenor de que prácticamente no hay Grand Slam o torneo que se precie en que Federer no alcance al menos las semifinales, se puede decir que su inteligente cambio de juego le da los resultados buscados.
Anoche ante Bautista desplegó todas las armas habituales y subió a la red con asiduidad. El español se vio impotente ante el torrente de juego que le venía como un muro desde el otro lado de la red y acabó claudicando en tres sets. En el primero sí tuvo el castellonense opciones de agarrarse al partido, con varias bolas de break que le concedió el suizo e incluso un break logrado, bien es cierto que con un 5-2 en el tanteador cuando el set ya estaba prácticamente cerrado. Las otras dos mangas fueron una repetición de la primera (6-4, 6-3, 6-2). Bautista cayó con la cabeza alta, como se debe hacer ante un portento, ante el probablemente mejor tenista de la historia que ha encontrado la fuente de la eterna juventud.
En el cuadro de dobles, los hermanos Brian fueron un escollo demasiado duro para la pareja Verdasco-Marrero. Los americanos, alentados por el público local, vencieron en tres disputadas mangas (6-2, 4-6, 6-4). Aún quedan con vida otros habituales de estas rondas, Marcel Granollers y Marc López. Esta tarde se enfrentan a Peya y Soares en partido correspondiente a los cuartos de final del Grand Slam de Nueva York.
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