Más allá de la luminosa estela de rafa Nadal, el camino de la Armada Española en los Grand Slam suele dejar un buen reguero de oportunidades perdidas (acorde al número de participantes patrios de gran nivel que son ya habituales en rondas finales), varias decepciones y alguna más que meritoria hazaña o sorpresa. Esta vez en el US Open, la delegación española ha padecido las inclemencias de la pista rápida, convirtiendo todo el torneo en un auténtico ejercicio de supervivencia para el tenista criado en el polvo de ladrillo.
La pérdida más cercana en el tiempo es la de la pasada noche. Tommy Robredo, un veterano que está reverdeciendo laureles, volvía a colarse en los octavos de final de una competición de tanto tronío como la americana. Su renovado tenis se enfrentó a un tenista que no había vuelto a jugar al tenis como hace ya medio año en Australia. El peso del ganador de un Grand Slam en la época de los tiranos Djokovic, Nadal, Federer y Murray parecía haber caído con fuerza sobre Stan Wawrinka, eliminado casi sin pestañear en las citas anteriores. Anoche se volvieron a ver los destellos de ese jugador campeón que ganó merecidamente en la Arthur Ashe a comienzos de 2014. Robredo acabó claudicando en cuatro mangas (7-5, 4-6, 7-6 (7) y 6-2), no pudiendo repetir los cuartos de final del año pasado.
Antes que el catalán había caído Verdasco, Feliciano, Granollers y, sobre todo, David Ferrer. El alicantino, esclavo de su juego físico para lo bueno y para lo malo, ha llegado a este tramo de la temporada con lo justo para mantenerse en pista. En el partido contra Gilles Simon, todos sus golpes se vieron mermados por esas carencias. El agotamiento propio pudieron más que la voluntad de Ferrer de corres hasta la última bola que le lanzó el francés. Al acabar, el de Jávea reconoció su cansancio y, con la lengua fuera por el esfuerzo, confirmó que tampoco estará en el compromiso de Davis contra Brasil en Sao Paulo, otro contratiempo para Moyá que no gana para disgustos con este devenir de la competición. En el cuadro femenino, con la eliminación de Carla Suárez ante Kanepi se cerró en segunda ronda la participación nacional, dejando sin apenas reflexión la actuación nacional.
En el lado positivo, hay que anotar la gran temporada de un jugador asentado entre los mejores y que está rondando el gran éxito. Roberto Bautista sigue su historia de amor con el buen tenis, algo que le ha mantenido en rondas finales de Grand Slam, como ahora en Nueva York. El castellonense, decimoséptimo cabeza de serie, apura su segunda participación en Flushing Meadows con mucho que ganar y poco que perder. Su rival de esta noche le volverá a medir en sus opciones de lograr un gran título: Roger Federer. El suizo, verdugo de Granollers en la anterior ronda, prosigue también con su final de temporada estelar. Con Djokovic y Murray viéndose las caras en un enfrentamiento directo, Federer toma aún más opciones de alzar otro Grand Slam, con el permiso de Bautista, nuestro jugador más entonado.
Cabe destacar el US Open que están realizando en dobles una pareja cada vez más consolidada. Fernando Verdasco y David Marrero están aún vivos en cuartos de final y tendrán la posibilidad de dejar en el camino al rival más duro: los hermanos Brian. Bob y Mike, que además juegan en casa, siguen siendo la referencia en esta modalidad, si bien no son invencibles. El más que interesante enfrentamiento tendrá lugar esta tarde hora peninsular, unas horas antes de que Bautista se enfrente a Federer.
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