Pasando Páginas

Natalia Freire @ladeporteca

Os contaré un cuento. En el cole de mis hijos invitaron a las familias a ir a las clases de nuestros peques a leer un cuento y yo, como comprenderéis, fui una de las madres que inmediatamente aceptó la invitación.

Y allí me planté, delante de un grupo de niños y niñas de corta edad dispuesta a contarles un cuento que les hiciera conocer nuevos personajes, imaginar una historia y soñar. Porque en el fondo, eso es lo que buscamos cuando abrimos un libro.

Por supuesto, no llevé sólo un cuento, más que nada, porque no sabía por cual decidirme. Pero sí que tenía claro que los libros de los que les hablaría estarían relacionados con los deportes porque en estas historias deportivas y sobre deportistas, podemos encontrar ejemplos de valores que suponen una base en la formación educativa de los más pequeños. Y, además, para los adultos la lectura de estos cuentos nos ayuda a recordar que el deporte no es sólo un espectáculo evasivo para el fin de semana o un negocio del que vivir, sino que representa una serie de conceptos intangibles que constituyen la verdadera riqueza del ser humano.

Esto es algo que siempre defenderé por encima de todo porque creo firmemente que el deporte es cultura y que hay una cultura en el deporte.

Es importante que desde pequeños comprendan estas cosas y que nosotros nos impliquemos para recordarlas. Pero, ¿cómo explicar a los niños y a las niñas los valores del deporte y, concretamente del fútbol, a través de los libros? 

Hay muchos títulos de novelas infantiles que han utilizado el fútbol como argumento para contar historias de compañerismo, amistad, espíritu de superación en las que el esfuerzo, la constancia, la paciencia y la humildad son esenciales para la consecución de los sueños.

Y como estamos hablando de Valores y Sueños enseguida me ha venido a la cabeza un cuento precioso que pertenece a una colección titulada Entrénate Para Soñar y que está escrito por Cristina Núñez y Rafael Valcárcel. Su título, Valores de Oro y está editado por PALABRAS ALADAS.

Cristina Núñez es filóloga y periodista y trabaja como editora, correctora y traductora para diversas editoriales.

Rafael Valcárcel se define como Padre y escritor. Antes de haber trabajado como librero y otros menesteres vinculados a la edición, Rafael fue —durante más de quince años— redactor creativo para diversas agencias de publicidad.

Los dos son el cuerpo y alma de Palabras Aladas esta una nueva editorial a la que le gusta ser pequeña. Tienen la intención de publicar muy pocas obras al año porque creen que es esencial editar con esmero y primor para alcanzar su objetivo principal: contribuir a que los niños se conviertan en adultos emocionalmente sanos, llenos de sueños y de voluntad para perseguirlos, capaces de pensar por sí mismos y deseosos de sociabilizar en armonía.

Las obras que han publicado hasta ahora demuestran que están cumpliendo sus objetivos porque, de verdad, hacía mucho tiempo que no leía y veía, unos libros infantiles tan preciosos y cuidados.

En el libro Valores de Oro aparecen 11 niños nacidos en diferentes épocas que tienen algo en común: todos ellos sueñan con ser futbolistas y todos cuidaron y alimentaron ese sueño hasta que lo hicieron realidad.

Cada uno tiene una cualidad que le ayuda a convertirse en futbolista y en esto se basa la estructura del libro porque como dice en su primera página:

“Todos los seres humanos tenemos cualidades. Algunas son físicas, como la resistencia; otras tienen que ver con nuestro carácter, como la paciencia. Unas son más visibles, como la creatividad, que puede impregnar todo lo que hacemos; otras pasan más desapercibidas, como la sencillez”.

En Valores de Oro podremos descubrir que la diligencia, es decir, la rapidez con la que te pones a hacer algo o la perspicacia, esa linterna que nos guía para sacar las mejores conclusiones para resolver cualquier situación, fueron las cualidades que convirtieron al pequeño Lev Yashin en uno de los mejores porteros de la historia, también conocido como “la araña negra”.

El pequeño Andrés soportaba con paciencia los viajes de cien kilómetros cada día que tenía entrenamiento y su prudencia siempre le dio buenos resultados para llegar a ser Andrés Iniesta, ese jugador discreto y humilde que hace magia sobre un terreno de juego.

Y había una vez un pequeño de 6 años al que apodaban la abejita porque era pequeñito y veloz.Como buena abejita, era trabajador y constante y utilizó esa constancia y el deseo de mejorar para convertirse en el ídolo que es hoy. Porque superación y constancia son las cualidades de Cristiano Ronaldo.

Así como la astucia y la responsabilidad fueron las cualidades que el pequeño Leo siempre demostró para superar todos los problemas que tuvo en su infancia.

Y cómo el pequeño Yazid no le contaba sus problemas a su madre para no preocuparla pero siempre escuchaba sus consejos porque sus cualidades eran la sencillez y la permeabilidad, algo que te permite escuchar sugerencias, aprender de los otros y hasta cambiar de opinión. Al pequeño Yazid ahora le conocen como Zinedine Zidane.

Y, mi favorito, Teófilo, que nació cuando el fútbol era en blanco y negro pero cuyas cualidades están llenas de color porque la humildad y el respeto hicieron que al Nene Cubillas le quisieran hasta sus rivales y que nunca jamás le mostraran una tarjeta roja.

Os animo a que de la mano de estos once futbolistas de diferentes generaciones acompañéis a vuestros hijos, hermanos o primos a conocer esas cualidades, esos Valores de Oro, que ayudaron a estos niños a alcanzar su sueño porque seguro que también ayudarán a vuestros peques a alcanzar los suyos.

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