En medio de la dictadura de las cuatro mejores raquetas del circuito, cuestión que se ratificó otra vez sobre la hierba de Wimbledon, ha quedado en un segundo plano la mano de hierro con que Rafa Nadal y David Ferrer gobiernan el tenis nacional. Crecer a la sombra de estos dos gigantes del tenis que acaparan todos los focos nacionales se ha convertido en una profesión de riesgo. En esas circunstancias ha florecido sorprendentemente el tenis de Roberto Bautista.
Nacido en Castellón (1988), este tenista polivalente ha eclosionado durante el último año. Sus más que meritorias actuaciones en Grand Slam, especialmente en Australia, sumadas a sus cada vez más frecuentes apariciones en las rondas de prestigio de los Masters 1000 (semis en Madrid) le han aupado tanto en la clasificación como para ser un hombre muy a tener en cuenta en el equipo español de Copa Davis. A Stuttgart, este torneo atípico a estas alturas por disputarse sobre tierra batida (aunque el año que viene ya será de hierba), llegaba como tercer cabeza de serie del torneo.
A fuerza de golpes ganadores y, sobre todo, continuidad en su tenis, Bautista alcanzaba el sábado la final al derrotar a Fabio Fognini, anterior campeón, en semifinales. El último partido era contra Lukas Rosol, más famoso por haber eliminado a Nadal en Wimbledon hace dos años que por su gran servicio. El español empezó la final dominando los puntos desde el fondo y mandando en casi cada intercambio. Pronto materializó su ventaja con el primer set. La segunda manga fue el despertar del checo, obcecado en su desacierto durante gran parte del encuentro, que rompió el saque del castellonense y empató el partido. Sin embargo, Bautista no se arredró. En el primer juego de la manga definitiva logró el break. Luego aguantó su servicio e incluso se permitió volver a romper el servicio a Rosol para adjudicarse el segundo título de la temporada, también segundo de su carrera. (6-3,4-6 y 6-2). Con esta victoria, Bautista logra algo que hasta la fecha ha estado al alcance de muy pocos: meterse entre los 20 mejores del circuito ATP, según la clasificación que se publicará este lunes.
En dobles, Guillermo García López, que formaba pareja con el austriaco Philipp Oswald, no pudo redondear la jornada al perder la final de la categoría con la dupla Sitak- Kowalczyk (2-6, 6-1 y 10-7).
En Nurmberg, Tita Torró tampoco pudo alzarse con la victoria en la disciplina de dobles. El buen hacer de la pareja que forma con la eslovena Andreja Klepac no fue suficiente para batir a las hermanas checas Pliskova. El tanteador final fue 6-4, 3-6, 6-10.
Editado por:
OLIDREAM SPORT,S.L
Creado por:
TICNUX,S.L