Balonmano

La "Magia" del Palau Blaugrana ha llevado al FC Barcelona, en un encuentro extraordinario, a clasificarse para la Final Four.

La empresa era realmente complicada. En el encuentro de ida, su rival, el Rhein Neckar Löwen, había superado a los azulgrana por una renta de siete goles (38-31).

Pero de nuevo, un pabellón lleno hasta la bandera, con un público entregado, ha llevado en volandas a su equipo hasta la clasificación (31-24), donde el mayor número de goles anotados en campo contrario ha sido decisivo.

Los alemanes comenzaban desarrollando posesiones largas, jugando con la renta que traían de Alemania. Los azulgrana por su parte, no conseguían la fluidez necesaria, con lo que no lograba pasar de los dos goles de ventaja, que rápidamente eran contrarrestados incluso hasta para llegar a ponerse por delante en algún momento (9-10, minuto 23).

Los azulgrana estaban bastante atascados, y era el momento de plantear algo diferente. Xavi Pascual, realizaba un movimiento táctico sorprendente, cambiando las posiciones habituales de Nikola Karabatic, Sirhai Rutenka, Dani Sarmiento, y Jesper Noddesbo. La revolución pareció tener resultados de inmediato, más cuando el francés ejecutaba cuatro goles de manera consecutiva para llevar a su equipo con ese mismo número de goles de ventaja a los vestuarios (15-11).

Por si no había sido poco la exhibición del galo en los últimos minutos de la primera mitad, Karabatic anotaba un quinto tanto para deleite de un Palau que se volvía loco.

Poco a poco se iba perfilando el plan inicial de la remontada, pero un protagonista inesperado tomaba el papel principal del match. El portero qatarí de origen serbio, Stojanovic, acertaba a desviar dos siete metros consecutivos a Víctor Tomás. Ésto parecía cortar la racha de los locales hasta que llegó el momento de la aparición del otro portero, el que siempre hace acto de presencia en estos envites, Arpad Sterbik.

El Barça sufría un pequeño bajón físico que aprovechaba el Löwen para acercarse en el marcador (24-21).

Tras el respiro en la batalla, aún quedaban los últimos cartuchos por gastar, que a la postre, fueron determinantes. Sterbik era un muro infranqueable. Víctor Tomás definía desde todas las posiciones. Lazarov aparecía en el partido para flanquear la portería de Landin desde primera línea. Un serio castigo imposible de soportar para unos germanos, que quedaban finalmente quedaban apeados en un Palau, que volvió a enseñar que es mágico.