En el valle del silicio hay más que nuevas empresas que crecen y desaparecen a velocidad de vértigo y emprendedores en búsqueda permanente del éxito. Por Stanford no solo pasa el futuro empresarial del planeta sino que, en un destello deslumbrante que veremos cuánto tiempo mantiene su brillo, una prometedora pareja española de dobles llama a las puertas del tenis femenino. Carla Suárez y Garbiñe Muguruza son las protagonistas.
Las dos tenistas nacionales lograron este fin de semana una meritoria victoria en el Premier americano de Stanford. Su título se fraguó en una competida final ante la pareja formada por la polaca Paula Kania y la checa Katerina Siniakova. El encuentro tuvo que marcharse hasta el supertiebreak por la igualdad demostrada en las dos primeras mangas del enfrentamiento. Entonces apareció el empuje y las indudables cualidades tenísticas de las españolas para certificar la victoria. El partido se resolvió por 6-2, 4-6 y 10-5 a favor de las terceras cabezas de serie del torneo.
Se trata de la primera victoria de Suárez y Muguruza como tándem, pero el título ratifica una ilusionante realidad. Desde que se decidieron a competir juntas, los resultados han ido consolidándolas en la especialidad. De sus cinco participaciones en común, hay que destacar la final de Madrid y las semifinales de Grand Slam en Roland Garros, junto con el triunfo de este fin de semana. Muguruza suma así su tercer título a su palmarés en dobles mientras que para Carla supone la primera victoria en esta faceta de su tenis menos explorada.
El futuro que se le supone a esta pareja pasa a corto plazo por clasificarse para la Copa de Maestros femenina, la WTA Finals, que se disputará en octubre en Singapur. Mientras que en el cuadro individual sus carreras van a seguir buscando un hueco, la realidad parece empujarles a pensar que en el dobles sí pueden tener ese espacio de referencia como para pelear por todo. De momento, ese objetivo de estar entre las ocho mejores parejas del mundo parece al alcance de la mano. Esta semana volverán a luchar en Toronto. Carla y Garbiñe ya tienen otra meta a la que llegar.
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